Me maravillé con la magnificencia de las montañas, el verdor refrescante del bosque, la bondad de sus criaturas y su gente, lejana de fatuidades. Un deleite para los sentidos, para el alma, que me ha vaciado de fatiga para ese volver a empezar que se acerca.
Gracias por hacerme sentir como en casa.
No hay comentarios :
Publicar un comentario